Osteocondrosis cervical: síntomas, tratamiento en el hogar.

síntomas y tratamiento de la osteocondrosis cervical en el hogar

La osteocondrosis cervical es una enfermedad degenerativa-distrófica causada por la proliferación de tejido óseo a ambos lados de las vértebras, lo que conlleva traumatismos en los músculos, ligamentos, nervios y membranas de la médula espinal adyacentes. Estos trastornos con mayor frecuencia provocan dolor en el cuello u otras partes del cuerpo y también pueden causar la protrusión de hernias de disco espinales.

La aparición de osteocondrosis de la columna cervical puede ser provocada por una estancia prolongada en posiciones estáticas, así como por movimientos constantemente repetitivos del mismo tipo de cabeza.

Las manifestaciones más pronunciadas de la osteocondrosis cervical son dolores de cabeza frecuentes y mareos, visión borrosa, pérdida de audición, zumbidos en los oídos, debilitamiento de la voz, ronquera, ronquidos, alteración de la coordinación de movimientos, deterioro de los dientes, entumecimiento o frialdad de los dedos, dolor en el cuero cabelludo, doloren el cuello, garganta.

Causas de ocurrencia

La osteocondrosis de la columna cervicotorácica se produce debido a cambios destructivos en el tejido del cartílago. Este proceso puede deberse a varias razones:

  • predisposición genética a esta enfermedad;
  • sobrepeso;
  • lesiones de la columna (fracturas, hematomas);
  • intoxicación, infección, trastornos metabólicos en el cuerpo;
  • deficiencia de vitaminas, microelementos y fluidos corporales;
  • estilo de vida sedentario;
  • curvatura de la columna, mala postura;
  • pies planos;
  • inestabilidad de segmentos de la columna vertebral;
  • hipotermia;
  • trabajo asociado con cambios frecuentes en la posición del cuerpo, levantar objetos pesados, esfuerzo físico excesivo;
  • estrés, tensión nerviosa.

Síntomas

Los síntomas de la osteocondrosis cervicotorácica dependen directamente del objetivo. En este sentido, se distingue un grupo de síndromes que acompañan a esta enfermedad.

Radicular

El síndrome radicular ocurre cuando las raíces nerviosas se comprimen en la columna cervical (nervio pinzado). También se llama radiculitis cervical. El dolor que se presenta en el cuello se transmite hacia abajo y puede bajar hasta la escápula e incluso hasta la parte exterior del antebrazo hasta los dedos. Entre los síntomas de la osteocondrosis cervical, en algunos casos, hay hormigueo en el antebrazo, la mano o los dedos, pastosidad, el efecto de correr la piel de gallina.

Irritación-reflejo

En caso de síndrome reflejo-reflejo, los síntomas de la osteocondrosis cervical pueden incluir dolor agudo quemante en el cuello o en el occipucio, que se produce al moverse después de un estado estático (con giros repentinos de la cabeza, al estornudar, después de dormir). El dolor puede irradiarse al hombro y al pecho.

Cardíaco

Los síntomas de la osteocondrosis cervical en este síndrome coinciden en gran medida con los síntomas de la angina de pecho. En este caso, es muy importante no equivocarse en el diagnóstico. Con el síndrome cardinal, la naturaleza del dolor es paroxística y prolongada (hasta varias horas). El aumento del dolor ocurre con movimientos repentinos causados ​​por toser, estornudar y un giro brusco de la cabeza. La aparición de taquicardia y extrasístole a menudo se observa en el contexto de una ausencia completa de signos de trastornos circulatorios.

Síndrome de la arteria vertebral

En este caso, la osteocondrosis cervical se acompaña de un síntoma como un dolor de cabeza punzante o ardiente, que con mayor frecuencia captura la región superciliar, el occipucio, la sien y el oscurecimiento. El dolor, por regla general, prácticamente no se detiene, y solo en algunos casos tiene un carácter paroxístico. El dolor se incrementa con el movimiento o después de una estancia prolongada en una posición incómoda.

Existe la posibilidad de deficiencias auditivas y visuales (disminución de la agudeza auditiva y visual, tinnitus, trastornos vestibulares, dolor ocular). En el contexto de la debilidad general del cuerpo, es posible que se presenten náuseas o pérdida del conocimiento.

Resumiendo lo anterior, podemos distinguir una serie de síntomas más característicos de la osteocondrosis de la columna cervical:

  • dolor constante en el cuello, que se extiende a la cintura escapular, el área de las orejas y los ojos, la parte posterior de la cabeza y no se detiene ni siquiera por la noche;
  • dolor en las manos, antebrazo, hombro, que empeora incluso con una carga ligera;
  • debilitamiento de la fuerza muscular y disminución de la sensibilidad de manos, manos, dedos, así como dificultad en sus movimientos;
  • dolor en el cuello al girar e inclinar la cabeza;
  • tensión de los músculos del cuello, sensación de estar acostado por la mañana;
  • ardor, entumecimiento, hormigueo en las piernas o brazos;
  • dolor de cabeza extenso con localización primaria en el occipucio;
  • oscurecimiento de los ojos, tinnitus, entumecimiento de la lengua, mareos, con un giro brusco de la cabeza - desmayos,
  • disminución de la agudeza visual y la audición;
  • proliferación de tejido conectivo en la columna cervical;
  • dolor en la región del corazón.

Tratamiento de la osteocondrosis cervical en el hogar

La eficacia del tratamiento de la osteocondrosis cervical depende de la puntualidad de los procedimientos terapéuticos iniciados destinados a aliviar el dolor y neutralizar los procesos inflamatorios. Las actividades de tratamiento se llevan a cabo en tres etapas:

  • neutralización del dolor;
  • activación del suministro de sangre y procesos metabólicos en las áreas afectadas de la columna;
  • fisioterapia y técnicas manuales.

En el período de exacerbación de la osteocondrosis de la columna cervical, que se acompaña de dolor intenso, para detener el síndrome de dolor y aliviar la tensión muscular en el área del segmento de movimiento espinal, se prescribe al paciente:

  • bloqueo paravertebral por administración local de fármacos;
  • medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, analgésicos y antiespasmódicos;
  • ungüentos y geles.

Para mejorar la circulación sanguínea en la columna, a un paciente con osteocondrosis cervical se le recetan medicamentos para mejorar la microcirculación sanguínea, los complejos vitamínicos y el ácido nicotínico.

Los analgésicos solo pueden aliviar los síntomas, pero no luchan contra la degradación de los discos intervertebrales. La actividad regular y los complejos de terapia de ejercicios seleccionados correctamente son la única decisión correcta en cualquier etapa de la enfermedad.

Gimnasia de recuperación

La terapia con ejercicios para la osteocondrosis cervical se lleva a cabo solo durante los períodos de remisión, evitando esfuerzos y dolores importantes.

Un conjunto de ejercicios para mejorar la movilidad de las vértebras cervicales, así como la flexibilidad de los músculos del cuello.

Repite cada ejercicio de 5 a 10 veces.

  • Ejercicio 1. En una posición sentada o de pie con los brazos bajados a lo largo del cuerpo y la espalda plana, se realizan giros suaves alternos de la cabeza hacia los lados extremos izquierdo y derecho, manteniendo el mentón estrictamente por encima del hombro.
  • Ejercicio 2. La posición inicial es la misma. La cabeza se inclina hacia abajo hasta que el mentón toca la muesca del pecho. Los músculos de la espalda del cuello deben estar lo más relajados posible. La cabeza se puede bajar aún más con movimientos elásticos.
  • Ejercicio 3. La posición inicial es la misma. El cuello se tira hacia atrás, mientras que la barbilla se tira hacia adentro y la cabeza se mantiene recta.

Cuando la exacerbación de la osteocondrosis de la columna cervical se desvanece y por recomendación del médico tratante, se lleva a cabo un curso de terapia manual, que incluye masaje de las áreas dañadas por la enfermedad.

Masaje para la osteocondrosis cervicotorácica

Antes del inicio del procedimiento de masaje, es necesario preparar la espalda del paciente mediante caricias superficiales intensivas durante 2-3 minutos. La dirección de la caricia es desde el borde inferior de los omóplatos hasta el cuello, y luego desde el cuello hasta la cintura escapular. El momento final del calentamiento es amasar y agitar alternativamente en el lado derecho e izquierdo.

Comience el masaje, por regla general, desde la espalda, alternando caricias, apretones y amasamientos. Primero, se masajea el área de los omóplatos, moviéndose gradualmente hacia la cintura escapular. El masaje de cuello comienza desde el cuero cabelludo, bajando hacia la espalda. En ausencia de dolor en la columna vertebral, la presión con las yemas de los dedos se realiza con mucho cuidado a lo largo de varias líneas.

El masaje de los músculos pectorales mayores se realiza en posición supina. En este caso, se utilizan caricias, apretar, amasar.

El masaje sentado se realiza en un sillón especial para masajes. Al mismo tiempo, la cabeza se inclina hacia adelante y los músculos del cuello se relajan tanto como sea posible. El masaje comienza desde el hueso occipital, dirigiendo todos los movimientos hacia la espalda.